jueves, 12 de agosto de 2010

Noche de estrellas

Agosto siempre está asociado a la lluvia de estrellas, a esas lágrimas fugaces que, caprichosamente, recorren el cielo oscuro en una noche especial en la que los sueños parecen un poco más tangibles, más cercanos, casi posibles de alcanzar. Las sonrisas siempre se pintan en la cara al imaginar la posibilidad, al idear en nuestra cabeza, al sentir de una manera tan veraz aquello que sólo dejamos que nos invada justo antes de dormir, en la duermevela donde los objetos carecen de contornos, cuando la realidad y el deseo se mezclan a pares iguales.
Y, sin duda, habrá quién compita por el número de estrellas avistadas, por la intensidad de su brillo y por cualquier otra cualidad reducible a números, pares o impares. Habrá quién pida algo distinto cada vez y quién conserve siempre la esperanza intacta, para darle mayor fuerza, como si al apretar los puños el mundo fuera distinto. También habrá quién ni siquiera pida, que duerma o haga el amor en ese instante. Tal vez alguien llore, igual que los astros, cada una de sus penas, gota a gota, sangrando la herida de lo hermoso.
Pero, estoy segura de que habrá alguien que mire los astros, sonría, pida el deseo de siempre, el de toda la vida, y piense, ¡qué diablos!, que el cielo, aunque no es el mismo en todas las ciudades, esa noche hará una excepción y será lo que la una a otra persona, en la distancia, en el recuerdo, en el sentimiento torpe y canalla de lo que no aconteció y, quizás, ya no acontezca jamás... porque ambos estarán bajo el mismo techo, bajo el manto estrellado, que no protector, al que sucumben las almas algún que otro mes de agosto...

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Desde mi ventana: playa, agua, mar, montaña, faro, gente, cielo, sol...
Suena: Polvo de estrellas, Taxi

Encuéntrame en la segunda estrella a la derecha, todo recto y hasta el amanecer...

2 comentarios:

  1. Yo miraba las estrellas tumbada en la arena en Francia. Ayer miraba el cielo y veía como la contaminación lumínica me impedía verlas. Me fui corriendo a la playa y allí estaban, es verdad que en diferentes posiciones, pero seguían allí.
    Me tranquilizaron

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  2. ayer sali a comprar, y miré hacía el cielo, por inercia, estaba oscureciendo, el cielo estaba claro, en él se encontraba la luna, menguante y a su lado, la acompañaba una estrella, que creo que no lo era, sino un planeta, al mirarlo, sólo quise pensar en amar... Y ahora me gustaría dibujarlo, lo recuerdo claramente...

    muy inspirador lo escrito =)

    Saludos n.n

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Pasen y vean.