miércoles, 18 de mayo de 2011

Maneras de sobrevivir a un día de perros.

Llegar a la cafetería y que ya sepan lo que voy a tomar.
Que la taquilla que me gusta de la biblioteca esté libre.
Empezar con el texto de Hispano-musulmán y acabar escribiendo en el blog de Antropología.
Que me intercepten a la salida de la biblioteca y suba las escaleras riéndome.
Entrar en clase y que mi sitio, tercera fila apoyada en la pared, esté libre.
Que me entere de la clase y cruce miradas de "esto ya nos lo sabemos nosotros" cuando llegamos a las teorías de Grice.
Recibir un mensaje tuyo y disimular la sonrisa.
Que una señora, con toda su buena intención, nos diga que qué hacemos en el suelo con lo frío que está y que cierta persona suelte un comentario y me dé un ataque de risa incontrolable.
Saber que podría hacer trampas con la hoja de firmas y no hacerlas.
Que no se me olvide que hoy es el cumpleaños de mi primo.
Tener tutoría y que el trabajo haya salido muy bien.
Que nos quedemos tiradas en el suelo parloteando de todo y más.
Recibir otro mensaje tuyo, pero esta vez nada de disimular la sonrisa.
Que me entere de que uno de mis profesores va por Gran Vía en ese momento mientras yo estoy en clase.
Encontrarme con mi primo y felicitarle en persona.
Que empezara a llover justo cuando estaba llegando a mi destino.
Comer croquetas.
Que mi abuela me enseñara sus orquídeas y me contara alguna que otra batallita.
Quedarme frita en el sofá.
Conducir.
Que al abrir el tuenti tuviera novedades.
Ver Gossip Girl.
Que mi hermano quisiera saber qué pasa en el último capítulo sólo para dar la lata.
Querer comentar desesperadamente el final del capítulo.
Que me llame a casa alguien con quien no hablaba desde hacía tiempo.
Comentar de la vida en general y de nosotras en particular.
Que después de colgar tenga ganas de que llegue el viernes.
Recordar que ha habido cosas que se me han olvidado contarle.
Que de pronto me haya dado por escribir esta entrada.
Saber que, en un rato, me preguntarás por el día y te detallaré toda esta lista.
Que, al final, el día no haya sido tan gris como esperaba.
.
.
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Como bien alguien puso en un cartel en la barandilla del Darro:




Nadie hable mal del día
hasta que la noche llegue.
Yo he visto
mañanas tristes
tener las tardes alegres

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Suena: la televisión de fondo; creo que es Ágora...
Desde mi ventana: cae la noche y espero a que la luna me haga su particular visita.

3 comentarios:

  1. Me encanta...
    también hoy mi día empezó gris y está acabando alegre...
    =)
    hasta mañana...

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  2. eso no es un día de perros, es un día genial!jajaja
    muah!

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Pasen y vean.